Nos ha dicho hasta luego una gran mujer, una señora. Una persona que trabajó por sus vecinos y que lo hizo siempre con ellos, nunca contra ellos. Una persona que se hizo a sí misma. Una mujer coraje. En definitiva, un auténtico ser humano. Estoy refiriéndome a Paquita S. Bartolomé, ante todo y sobre todo, vecina del barrio de Abetxuko.
Ella supo hacer de su barrio el centro del municipio. Fue la estrella que iluminó con su labor una parte de Vitoria-Gasteiz. Abetxuko ha tenido la gran suerte de contar entre su vecindario con todo un personaje que hizo del barrio un lugar de referencia. Y su trabajo ha dado los frutos que ella tanto deseó. Unos frutos que se han traducido en calidad de vida para todos y cada uno de los vecinos y vecinas.
Como líder vecinal fue siempre servicial para con todos los ciudadanos. No utilizaba trampas ni atajos para lograr objetivos. Utilizaba la sensatez y la razón. Se valía de su “Enorme Corazón” y, sobre todo, defendía y promovía la participación de todos y todas como elemento cohesionador de la sociedad, como instrumento de la democracia participativa.
Se ha ido Paquita. Se nos ha marchado un trozo de nuestro ser. Y muchos nos sentimos huérfanos y dolidos en lo más profundo. Ya no la veremos pasear en su querido Abetxuko. Pero sentiremos su presencia, porque todos y cada uno de sus rincones están impregnados de su figura. Una figura que pasará a la historia como mujer comprometida y perseverante.
El municipio y sus habitantes deben sentirse orgullosos de haber tenido a Paquita como vecina activa y constructora de un gran “edificio” llamado Abetxuko, el pueblo que se convirtió en barrio.
He tenido la gran suerte de haber compartido con ella momentos inolvidables, tertulias reuniones y muchos otros encuentros que me han enriquecido y me han marcado de forma indeleble. Por todo ello, te doy las gracias Paquita.
Todos nos sentimos un poco herederos de tu trabajo que a buen seguro se continuará realizando. Has creado escuela y lo has hecho dejándonos marcado el camino a seguir.
Gracias por todo y allí donde estés, ayúdanos a trabajar por el municipio, por sus pueblos y sus barrios, y sobre todo por sus vecinos y vecinas, como tú siempre hiciste. Hasta siempre Paquita.
Angel Lamelas Fernández
Presidente de AAVV Ipar-Arriaga